Carta realizada por profesores/as del centro y publicada en los medios:
Llevo dos días asombrado por la forma
con la que se ha tratado el asesinato de nuestro compañero Abel en Barcelona el
pasado lunes. La noticia ha sido tratada desde una perspectiva errónea, bajo mi
punto de vista.
He visto analizar la noticia dándole
un verdadero protagonismo al asesino. Que si era un brote psicótico, que si
tenía pensado matar a más personas, que si va a ser juzgado o no, que si su
edad le hace inimputable…
He visto analizar la noticia culpando
a la actitud de algunos profesores, que con su actitud dan pie a justificar las
posibles agresiones. He podido leer y
escuchar comentarios del tipo “me extraña que esto no haya pasado antes, yo
tuve un profesor que merecía…”.
Tan solo de pasada he podido conocer
un detalle de la noticia. Lo que más me ha asombrado es lo poco que se ha
contado: el profesor asesinado murió en una acción de heroicidad intentando
evitar que sus alumnos fuesen agredidos por el asesino inimputable.
Verdaderamente, me parece una
barbaridad que no se hable sobre este detalle, mucho más importante a mi
parecer, que el hecho de contar la edad del asesino, cómo consiguió un niño de
trece años una ballesta, cómo consiguió fabricar un cóctel molotov o quién
estaba en la lista de futuras víctimas.
A lo que quiero llegar es que la
imagen que se ha trasladado entre los jóvenes de nuestra sociedad es que existe
un niño que ha dado un paso más contra el enemigo: los profesores. Me planteo si este niño será considerado por
alguien como un héroe, y me planteo que si a todos los jóvenes se les hubiese
contado que este profesor salvó la vida de muchos de sus alumnos con su
actuación en ese momento, tal vez ahora se sabría la verdad: Abel es un héroe.
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